EL DOMINGO 28, SOLEMNE CLAUSURA DEL JUBILEO 2025 EN LA CATEDRAL DE IBIZA

EL DOMINGO 28, SOLEMNE CLAUSURA DEL JUBILEO 2025 EN LA CATEDRAL DE IBIZA

El domingo 28 de diciembre, a las 17:30 horas, tendrá lugar en la S. I. Catedral el solemne acto de clausura del Jubileo de 2025, que estará presidido por el obispo de Ibiza, Mons. Vicent Ribas Prats. Para facilitar la participación de los sacerdotes y de los fieles, el domingo por la tarde no habrá misas en ninguna parroquia.

El Papa Francisco, en la Bula de convocatoria del Jubileo, estableció que la clausura diocesana del Año Santo sería el 28 de diciembre, fiesta de la Sagrada Familia. Y así se hará en Ibiza, en la S.I. Catedral, madre de todas las iglesias de la diócesis. Al finalizar la Eucaristía, se cantará el Te Deum, canto de acción de gracias a Dios por todo lo que ha obrado durante este año especial de oración y conversión.

Este Año Santo 2025 ha representado para toda la Iglesia un evento providencial, invitando a todos los creyentes a una renovada conversión del corazón bajo el signo de la virtud de una esperanza que nunca defrauda. A lo largo del año jubilar, todas las parroquias y realidades diocesanas han peregrinado hasta la Catedral, templo jubilar de nuestra diócesis, para ganar la indulgencia.

El año jubilar 2025 nos ha animado a ponernos en camino y superar límites. Movernos no para cambiarnos de lugar, sino para transformarnos. Por eso, es importante prepararse, planificar el trayecto y conocer la meta. En este sentido las peregrinaciones que han caracterizado este año para numerosos grupos de fieles, empezaban antes del propio viaje: su punto de partida era la decisión de hacerlo.

El recorrido, en realidad, se construye progresivamente: había varios itinerarios por elegir, lugares por descubrir; las situaciones, las catequesis, los ritos y las liturgias, los compañeros de viaje permiten enriquecerse con nuevos contenidos y perspectivas. La contemplación de lo creado también forma parte de todo esto y es una ayuda para aprender que cuidar la creación es, como dijo el Papa Francisco en su Carta para el Jubileo 2025, “una expresión esencial de la fe en Dios y de la obediencia a su voluntad”. La peregrinación es una experiencia de conversión, de cambio de la propia existencia para orientarla hacia la santidad de Dios. Con ella, también se hace propia la experiencia de esa parte de la humanidad que, por diversas razones, se ve obligada a ponerse en camino para buscar un mundo mejor para sí misma y para la propia familia.

Bonifacio VIII, en 1300, convocó el primer Jubileo, llamado también “Año Santo”, porque es un tiempo en el que se experimenta que la santidad de Dios nos transforma. Con el tiempo, la frecuencia ha ido cambiando: al principio era cada 100 años; en 1343 se redujo a 50 años por Clemente VI y en 1470 a 25 años por Pablo II. También hay momentos ‘extraordinarios’: por ejemplo, en 1933, Pío XI quiso conmemorar el aniversario de la Redención y en 2015 el Papa Francisco convocó el año de la Misericordia. También ha sido diferente el modo de celebrar el año jubilar: en el origen coincidía con la visita a las basílicas romanas de san Pedro y san Pablo, y posteriormente se añadieron otros signos, como el de la Puerta Santa.

Al participar del Año Santo se obtiene la indulgencia plenaria.