Manos Unidas ha puesto en marcha su campaña 2022 en la que se ha centrado en denunciar las enormes desigualdades que afectan a la población mundial y que alimentan y cronifican el hambre y la pobreza, al amparo de la indiferencia de gran parte de la población.
El lema elegido para este año es «Nuestra indiferencia los condena al olvido».
Durante los próximos doce meses, la ONG de la Iglesia católica va a centrar su trabajo en denunciar cómo el muro de la indiferencia y la desigualdad condena al olvido a millones de personas empobrecidas y hambrientas.
En el siglo XXI, la desigualdad se ha convertido en el mayor desafío que debe afrontar la población mundial y, también, en la mayor amenaza para la humanidad. Manos Unidas afirma que, si no se pone remedio, la desigualdad, acrecentada por la pandemia, empujará a la pobreza a otros 500 millones de personas y el hambre podría afectar a 1 000 millones de seres humanos.
Ayer se celebró, con ocasión de esta campaña, una Misa Solemne, presidida por el obispo de Ibiza, Vicent Ribas, y mañana se celebrará la Jornada Nacional de Manos Unidas: Una jornada en la que las parroquias de toda España recogerán una colecta anual especial, invitando a los asistentes a aportar su colaboración para apoyar el trabajo de la ONG.