Estimados hermanos:

El libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra al inicio del capítulo 19: “Mientras Apolo permanecía en Corinto, Pablo atravesando la región interior, llegó a Efeso. Allí encontró a algunos discípulos 2 y les preguntó: «Cuando abrazasteis fe, ¿recibisteis el Espíritu Santo?». Ellos le dijeron: «Ni siquiera hemos oído decir que hay un Espíritu Santo»”. Es un pasaje sumadamente esclarecedor de la situación de muchos de nuestros fieles, incluso confirmados. Sin embargo, en muchas ocasiones la litúrgica nos invita a invocar al Espíritu Santo y a implorar sus dones.

La solemnidad de Pentecostés es, pues, una ocasión propicia para anunciar la presencia del Paráclito en la Iglesia y en cada uno de los fieles y pedir una abundante efusión sobre nosotros y nuestras actividades.

En estos días, la oración tradicional al Espíritu Santo es el “Veni Creaator Spiritus”, que a nosotros nos a acompañado en momentos importantes de nuestra vida. Ese canto nos revela la acción del Espíritu Santo, misterio de fuerza, trasformador del caos en cosmos, renovador en nuestros corazones de los prodigios del primer Pentecostés, maestro en enseñarnos a hacer de nuestra vida un don para los demás, comunicador de la vida divina, liberador del pecado y de la tibieza, comunicador de la fragancia de la santidad, alimento de esperanza, fortalecedor de nuestro anuncio, redentor de nuestro cuerpo, guía y maestro de espiritualidad.

Como es tradición, iniciaremos Pentecostés con una Vigilia diocesana de oración que tendrá lugar en la Parroquia de Sant Josep de Sa Talaia el sábado 22 de los corrientes a las 21,30. Toda la diócesis está invitada y convocada a la misma.

Aunque la organización de la vigilia se confía, como de costumbre, a la Delegación diocesana de la Juventud, está abierta a todos y a cada uno, por lo que se refiere a su parroquia y a su ámbito de actuación (colegios, obras asistenciales, catequéticas, misioneras…) pido el compromiso de animar la participación de los fieles (obreros, coros, miembros de movimientos, catequistas, profesores de los colegios concertados católicos y profesores de religión en centros públicos, etc. ), y muy especialmente a los jóvenes que se han confirmado en los años pasados, de los cuales fácilmente disponéis de los datos y a los que ahora se están preparando para recibir ese indeleble Sacramento.

Aunque la convocatoria parta un poco tarde, no es imposible, sino deseable el compromiso de cada uno por facilitar, por todos los medios al propio alcance, la participación de los fieles de cada comunidad, grupo e institución para juntos impetrar la efusión del Espíritu sobre nuestra Iglesia particular y cada uno de sus miembros. Cada uno verá, pues, de acuerdo con sus posibilidades lo que puede hacer, incluso la logística para ello.

Con mi bendición y afecto,

+Vicente JUAN SEGURA,

Obispo de Ibiza

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