VICENTE JUAN SEGURA,

POR  LA  GRACIA  DE  DIOS  Y  DE  LA  SEDE  APOSTÓLICA,  OBISPO  DE  IBIZA

  1. En su homilía en la celebración de las Solemnes Primeras Vísperas de la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo en la Basílica Papal de San Pablo Extramuros el Papa Benedicto XVI anuncio el 28 de junio de 2007 que “al apóstol san Pablo dedicaremos un año jubilar especial, del 28 de junio de 2008 al 29 de junio de 2009, con ocasión del bimilenario de su nacimiento, que los historiadores sitúan entre los años 7 y 10 d.C. Este «Año paulino» podrá celebrarse de modo privilegiado en Roma, donde desde hace veinte siglos se conserva bajo el altar papal de esta basílica el sarcófago que, según el parecer concorde de los expertos y según una incontrovertible tradición, conserva los restos del apóstol san Pablo”.

Los objetivos que ha marcado el Papa para este año son redescubrir la figura y la actividad de San Pablo en sus múltiples viajes apostólicos, de los que guardan memoria los Hechos de los Apóstoles; volver sobre sus cartas, dirigidas a las Iglesias que él fundó y a algunos de sus colaboradores, un auténtico tesoro para la teología y la espiritualidad cristiana; acoger sus ricas enseñanzas; renovar nuestra fe y nuestro compromiso apostólico y evangelizador; y rezar y trabajar por la unidad de todos los cristianos en una Iglesia unida, que el Apóstol entendió como el único Cuerpo de Cristo.

  1. La celebración del Año Paulino debe ser vivida en nuestra diócesis como un momento especial de gracia. Para alcanzar este objetivo, ruego a los sacerdotes y religiosos que propicien la difusión y lectura orante de las cartas de San Pablo, que organicen actividades para dar a conocer sus escritos y su estilo evangelizador, de modo que todos los miembros de nuestra Iglesia diocesana crezcamos en vigor apostólico y misionero.

Con este objetivo, a lo largo de todo el periodo del Año jubilar, la diócesis organizará actividades de conocimiento y difusión de la figura, la obra y las enseñanzas del Apóstol de las Gentes. En efecto, en los tiempos actuales, cuando aparece más necesaria la nueva evangelización, San Pablo nos vuelve a hacer la invitación que hizo a sus comunidades: centrar nuestra fe en Cristo Jesús, proclamar su Evangelio con la firme convicción de nuestra vida es Cristo (Cf. Ef 3,17), con una unión tal que a un cierto momento le hizo exclamar: “No soy yo quien vive, es Cristo que vive en mí” (Ga 2,20) o “para mí, vivir es Cristo”  (Flp 1,21).

  1. Como es habitual en años jubilares, se conceden indulgencias especiales. La víspera de Pentecostés, la Penitenciaría Apostólica, siguiendo las indicaciones del Santo Padre, ha difundido el Decreto sobre las indulgencias que los fieles pueden obtener en esta ocasión. Desde las primeras Vísperas de la próxima solemnidad de san Pedro y san Pablo podrán ganar la indulgencia plenaria los fieles que visiten en Roma, en peregrinación, la basílica de San Pablo Extramuros. En dicho Decreto se lee: “En verdad, el don de las indulgencias, que el Romano Pontífice ofrece a la Iglesia universal, allana el camino para alcanzar en sumo grado la purificación interior que, rindiendo honor al bienaventurado apóstol san Pablo, exalta la vida sobrenatural en el corazón de los fieles y los estimula a dar frutos de buenas obras”.

La indulgencia plenaria del Año Paulino se lucra, en primer lugar, en la Basílica romana del Apóstol de las Gentes, en la vía Ostiense, con las condiciones que en el Decreto de la Penitenciaria Apostólica se señalan. Pero, además, como expresión de universalidad en la celebración del Año Paulino también permite ganar la indulgencia plenaria en las Iglesias locales de todo el mundo. En estos casos, los fieles deben participar con devoción en una sacra celebración pública en honor del Apóstol de las Gentes. Los lugares y momentos para ello son: en los días de la solemne apertura y clausura del Año Paulino, en todos los lugares sagrados; en otros días determinados por el obispo del lugar, en los lugares sagrados dedicados a San Pablo, y, por aprovechamiento de los fieles, en otros designados por el propio obispo.

Asimismo cualquier fiel en cualquier parte del mundo, si está legítimamente impedido -por ejemplo por enfermedad- para participar en los momentos y lugares antes mencionados, puede ganar la indulgencia plenaria durante el Año convocado. Para ello debe unirse «espiritualmente a una celebración jubilar en honor a San Pablo» y ofrecer «a Dios sus oraciones y sufrimientos por la unidad de los cristianos», como establece el Decreto de la Penitenciaría Apostólica.

En todos los casos es condición, para ganar la indulgencia plenaria, la recepción de los sacramentos: la Confesión sacramental y la Comunión Eucarística; asimismo, se debe orar por las intenciones del Sumo Pontífice y excluir en el ánimo cualquier apego a cualquier pecado.

Teniendo presente, pues, cuanto se establece en el mencionado Decreto de la Penitenciaria Apostólica, establezco para nuestra diócesis lo siguiente:

  1. El Año Paulino se celebrará desde el 28 de junio de 2008 hasta el 29 de junio de 2009. El inicio solemne tendrá lugar el sábado 28 de junio de 2008, a las 21 horas en la Parroquia de San Pablo, en el Barrio de Can Escandell.
  2. Se podrá lucrar la indulgencia plenaria, para sí mismos o aplicarla por los difuntos,  en todas los templos parroquiales de la diócesis en los días de apertura y clausura del Año Paulino, una vez cumplidas las condiciones habituales, excluido cualquier apego al pecado, y participando devotamente en una función sagrada o en un ejercicio piadoso realizados públicamente en honor del Apóstol de los gentiles.
  3. En la Parroquia de San Pablo, de la ciudad de Ibiza, además de los días de apertura y clausura del Año Paulino, se podrá lucrar la indulgencia plenaria, con las condiciones acostumbradas más arriba citadas, visitando devotamente la Iglesia los primeros y terceros domingos de mes a lo largo de todo el Año jubilar, participando en la Santa Misa o en alguna celebración especial en honor de San Pablo, así como en la Vigilia de la Inmaculada Concepción que se celebre en dicha Parroquia, y en los actos de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que se lleven a cabo en la misma. A este respecto, se exhorta vivamente a todos los párrocos a que a lo largo del Año jubilar organicen, al menos una vez, una peregrinación de carácter parroquial a dicho templo parroquial teniendo presente los objetivos señalados por el Papa Benedicto XVI para el Año Paulino. Lo mismo vale para los Responsables de los distintos movimientos de apostolado, Cofradías y Hermandades, grupos apostólicos y de catequesis, asociaciones juveniles y Colegios católicos de la Diócesis.

Dado en Ibiza, a 18 de junio de 2008.

+Vicente Juan Segura,

Obispo de Ibiza

Deja tu comentario