FIESTA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA. 26 de abril de 2.015 Parroquia del Pilar de la Mola

Hoy IV domingo de Pascua, celebramos la fiesta del Buen Pastor y, convocados por el Papa Francisco, siguiendo lo que inició el Beato Pablo VI hace 52 años, la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. A todo ello, aquí en Formentera unimos la fiesta de la Virgen de la Cabeza, y todo ello hace que puede ser un domingo bonito, feliz, que aporte enseñanzas a nuestra vida y compromiso de fortalecer nuestra fe, de mantener la esperanza y fomentar la caridad; en definitiva de ser cada vez más cristianos y vivir como cristianos.

Hemos traído en procesión la imagen de la Virgen de la Cabeza que a lo largo de todo el año se venera en la Parroquia del Pilar. La hemos traído, le hemos hecho la ofrenda floral y ahora ante ella, celebramos la Santa Misa.

La historia de la devoción de la Virgen de la Cabeza es interesante. Cuenta la tradición oral que al venir a España San Eufrasio, discípulo del apóstol Santiago y Primer Obispo de Andújar, traía consigo una Imagen de la Santísima Virgen a la que rendía culto y devoción. En el siglo VII cuando Andújar fue ocupada por los Árabes, los mayores escondieron la Sagrada Imagen entre unas peñas en uno de los cerros mas altos e inaccesibles de Sierra Morena para evitar su profanación.

Cinco siglos después, ya reconquistada Andujar por Fernando III el Santo, dice la voz popular que en la noche del 11 al 12 de agosto de 1227 se encontraba el pastor de Colomera (Granada), Juan Alonso de Rivas, cuidando el ganado de un vecino de Arjona, cuando comenzó a ver unas extrañas luces en lo alto de un cerro y a oír el sonido incesante de una campana. Marchó entonces el pastor asombrado, entre peñas y matorrales, hacia la cima del monte y en la concavidad de dos peñas, que le servían de tabernáculo, encontró una Imagen de Nuestra Señora.

Para que diera testimonio ante el pueblo de Andujar de tan milagroso hallazgo y como prueba de esta aparición, el pastor, que era manco del brazo derecho, quedó curado. Ante el asombroso acontecimiento se trajo a la Ciudad la Sagrada Imagen, a la que pronto comenzó a rendírsele culto en la Iglesia de Santa María la Mayor, donde quedó depositada.

Como la intención de la Virgen era que el pueblo edificara una ermita en el cerro donde apareció, en varias ocasiones desapareció de la Iglesia, siendo encontrada de nuevo en el lugar donde quería tener su casa. Finalmente Andújar comprendió y aceptó los deseos de la Santísima Virgen y comenzó a construir en el cerro del Cabezo un templo dedicado a su culto, bajo la advocación de «VIRGEN DE LA CABEZA».

Con la Virgen recibimos se ayuda, su cariño, su afecto. Y también hemos de aprender de Ella las cosas importantes para nuestra vida, es decir, como ella ser discípulos de Jesús. El libro de los Hechos de los Apóstoles nos cuenta que la Virgen acogida por San Juan después de la muerte de Jesús en la Cruz, no quedó marginada, sino unida y en comunión con los Apóstoles, con la comunidad cristiana. Así nos dice Lucas que los Apóstoles “hacían oración común con las mujeres, con María, la madre de Jesús, y con sus hermanos (Hech 1, 14), es decir, la Virgen acudía a la oración, a la Misa, a escuchar la Palabra de Dios a fortalecer su vida cristiana. En eso nos da un ejemplo y una enseñanza para todos nosotros.

Queridos hermanos y hermanas que, con devoción a la Virgen María con ese bonito título de Virgen de la Cabeza la veneráis, cuidáis su imagen, la divulgáis, hacéis que sea conocida… que esa devoción sea expresada en el compromiso de imitarla siempre y en todo.

Como la Virgen María, que acudía a la celebración y escuchaba la Palabra de Dios para después cumplirla en su vida, también nosotros, en este domingo, como en todos, hemos escuchado la Palabra de Dios que ha sido proclamada. Esa Palabra nos deja un mensaje que tiene aspectos importantes.

a) San Juan, en la segunda lectura nos ha dicho que por el bautismo tenemos una vocación común, una dignidad extraordinaria: ¡somos ni más ni menos que hijos de Dios!. Y ello no simbólicamente sino de verdad. A ese mensaje nosotros hemos de responder comportándonos como eso que somos, como hijos de Dios.

b) La primera lectura, tomada del libro de los Hechos de los Apóstoles, nos ha presentado a Pedro cumpliendo una misión, es decir, anunciando que Jesús ha resucitado, y en Él está la salvación, la felicidad. Y esa misión que vemos cumplir a Pedro es una misión que todo cristiano, también nosotros, tenemos que hacer. Proclamar con nuestras palabras, pero sobre todo con nuestra vida, con nuestras acciones, con nuestros hechos y actuaciones nuestra fe en Jesús y transmitirla para que la acojan los demás. Ciertamente si uno es consecuente y toma las cosas en serio, la vida de un cristiano es diferente de la vida de los no creyentes.

c) Finalmente el Evangelio de San Marcos nos ha presentado el estilo o el espíritu con el que debemos cumplir nuestra misión en el mundo, un estilo como el del Buen Pastor, aquel que da su vida por las ovejas; un estilo de servicio, de disponibilidad hacia los otros, de entrega al prójimo.

El Evangelio nos ha presentado a Jesús como Buen Pastor, una figura dulce y fascinante. En la narración del Evangelio nos va presentando las características del Buen Pastor, las características que Él tiene:

a) El ofrece su vida por las ovejas, y esto lo repite hasta cuatro veces (vv.11, 15, 17, 18).

b) Las ovejas no son extrañas para Él: le pertenecen, son suyas, están en su corazón (v. 13) y las ha conquistado al precio de su sangre.

c) Él ofrece por ellas su vida, libre y gratuitamente, por amor.

Con esa relación entre el Pastor y las ovejas que lo siguen, entre Jesús y nosotros si somos auténticos seguidores suyos, hay un reciproco conocimiento, un amor, una amistad. Y por eso, el Pastor da su vida en defensa de las ovejas, y esa donación de la propia vida no acaba, porque como San Pedro ha dicho, Jesús ha resucitado y restablecido la relación con los suyos.

Este domingo, desde hace 52 años, el Papa el Beato Pablo VI quiso dedicar este domingo a la promoción de las vocaciones; por eso, se celebra hoy la Jornada Mundial de Oración por las vocaciones, de todas las vocaciones, la vocación de cristiano, la vocación de sacerdote, la vocación de consagrado, la vocación de la familia.

La primera vocación, que todos hemos recibido es la vocación, la llamada a ser cristiano. Con el bautismo estamos llamados a imitar a Cristo, Dios quiere servirse de todos, también de vosotros, de los laicos para extender su Reino en la tierra, un reino de paz y justicia, un reino de vida y verdad. Que esta Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones fortalezca nuestra conciencia de lo que es la llamada que Dios nos ha hecho a ser cristianos; cristianos que dan gloria a Dios y corresponden a los dones que Dios da a los suyos.

Otra vocación que hay que promover, y por ello, hoy y siempre hemos de rezar es la llamada que Dios hace a algunos a ser sacerdotes. Hoy en día desgraciadamente son pocos los jóvenes que se sienten movidos a abandonar otras cosas y a comprometerse en la fascinante aventura se servir a Jesús, a la Iglesia, a los hermanos. Hay tantas causas, y las conocemos: el materialismo, el hedonismo, el consumismo, el permisivismo, la falta de fe… son como microbios que entran en su vida y la enferman.

Otra vocación es a la vida consagrada, a través de la práctica de los tres votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia. El religioso, cumpliendo esos votos se entrega totalmente a Dios y en medio del pueblo cristiano para, liberado de las preocupaciones terrenas, cumple la función sea de manifestar ante todos los fieles que los bienes celestiales se hallan ya presentes en este mundo, sea la de testimoniar la vida nueva y eterna conquistada por la redención de Cristo, sea la de prefigurar la futura resurrección y la gloria del reino celestial.

Finalmente muchos de vosotros habéis recibido la vocación, la llamada a ser esposos, padres, miembros de familias cristianas.

Hemos de orar siempre, y esta Jornada nos mueve a ello, para que no falten en la Iglesia universal, y en cada Iglesia particular –en nuestro caso la Iglesia que camina en Ibiza y Formentera- vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada, a la misión, así como familias cristianas, esposos unidos, ¡Que no nos falte nunca esa petición al Señor en nuestro diálogo con Él en la oración ! Y junto con la oración, la acción. Como dice un refrán español: “A Dios rogando y con el mazo dando”, que en este caso quiere decir que pidiendo a Dios que nos conceda muchos, santos y buenos sacerdotes y religiosos, hemos de poner por nuestra parte, por parte de todos sin exclusión, condiciones para que los niños y los jóvenes puedan escuchar la llamada del Señor, se sientan animados a responder y no les falten los medios y el apoyo necesario para ser aquello que Dios, en el amor que tiene por todos, tiene pensado para cada uno, para su bien y el bien de todos

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