El pueblo de San Lorenzo vistió la plaza de la iglesia con cañas del río, hojas de palmera y guirnaldas para comunicar a todos los lugareños y a los visitantes que estaba de fiesta. El acto principal fue la celebración de la eucaristía, presidida por el sr. obispo, mn. Vicente Juan Segura, y como asistentes de renombre las autoridades locales, políticas y militares que entraron a la iglesia al son de los tambores, la flaüta y las castañuelas. Toques de música festiva y sagrada que se repitieron en el momento de la consagración del Cuerpo y la Sangre de Cristo, en la comunión y ya con un aire más alegre y marcial en la procesión por los alrededores de la parroquia. Las lecturas propias del mártir san Lorenzo fueron proclamadas por los jóvenes de confirmación de la parroquia, y las plegarias de los fieles, por los catequitzandos de primera comunión. El coro solemnizó la función religiosa durante toda la eucaristía y al final cuando entonó el himno propio del patrón: «Enaltim tots la gloria merescuda,/  l’aureola del Màrtir benvolguda/ que del cel Sant Llorenç Déu li oferí. / Balàfia amb fervor, com una flama, / li prodiga aquest càntic que l’aclama/ pel martiri de signe tan diví.»/

Terminado el acto religioso el párroco agradeció a las autoridades presentes al acto y a todas las personas que con su apoyo, o trabajos humildes y poco vistosos hicieron posible que la fiesta se celebrara en santa hermandad.

Y como no !, no podía faltar la actuación de la agrupación folklórica de Labritja mientras los obreros repartían, entre los presentes, orelletes, buñuelos y mistela con deseos que el año próximo podamos celebrar de nuevo con salud y alegría de todos las fiestas de san Lorenzo.

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