“Id, amigos y hermanos. El Señor os envía como sembradores de la buena semilla del Reino. Ahondad en vuestra participación en el Misterio, para que la Comunión se afiance y ensanche y la Misión se adentre en la espesura de la historia, hasta que Él vuelva”. Con estas palabras del secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. Luis Argüello, concluyó el pasado sábado la fase diocesana del Sínodo 2021-2023, “Por una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación y Misión”.
La Iglesia en España celebró el 11 de junio la fiesta del Sínodo. Pasadas las 11.00 horas daba comienzo, en la Fundación Pablo VI, la Asamblea final con la que se cerraba la fase diocesana del Sínodo 2021-2023, “Por una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación y Misión”.
Participantes en la Asamblea
Han sido testigos de este gran acontecimiento de la Iglesia en España alrededor de 600 personas de todos los ámbitos eclesiales. Han estado presentes 58 obispos; el nuncio apostólico en España; 80 sacerdotes; 360 laicos; así como más de 100 representantes de la vida consagrada: religiosas y religiosos, monjas de clausura, miembros de Institutos seculares, vírgenes consagradas; diáconos permanentes y miembros de otras confesiones religiosas.
Ellos han representado a los casi 220.000 implicados en este recorrido sinodal que comenzó a caminar el 17 de octubre de 2021.
Mons.Vicent Ribas, obispo de Ibiza, ha participado junto a cuatro miembros de la Comisión Diocesana para el Sínodo: Vicente Tur, Juan Luis Cerdá, Pedro Ramírez e Inés de la Puerta.
Sesión inaugural
El encuentro ha comenzado con los saludos de bienvenida del arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro; el presidente de la CEE y arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella; y el nuncio apostólico en España, Mons. Bernardito Auza. El secretario general del Sínodo de los Obispos, cardenal Mario Grech, se ha hecho presente con un vídeo mensaje, y ha manifestado su deseo de que “continúes reforzando este estilo de sinodalidad escuchando a todos, sin excluir a ninguno”.
También han dirigido unas palabras a los asistentes dos de los miembros del Equipo Sinodal de la CEE, su secretario, el sacerdote Luis Manuel Romero, y la laica Olalla Rodríguez.
Después de los saludos, una oración compartida invocando al Espíritu Santo, verdadero protagonista del Sínodo, que ha dirigido la Hna. María José Tuñón, ACI, también miembro del equipo Sinodal.
Además, durante toda la jornada ha estado expuesto el Santísimo en la capilla de la Fundación Pablo VI, acompañado en todo momento por miembros de la Adoración Nocturna Española (ANE) y de la Adoración Nocturna Femenina Española (ANFE). Y en el tiempo libre, por los participantes en este encuentro. De este modo, esta Asamblea ha vuelto a recordar la importancia del Espíritu en el discernimiento sinodal, que con su presencia renueva la acción de la Iglesia para llevar el mensaje del Evangelio a todos los pueblos.
El proceso sinodal en la Iglesia en España: testimonios y síntesis final
La Asamblea llegaba a las 12.00 horas escuchando lo que ha supuesto en las personas implicadas estos meses de experiencia sinodal. Algunos han estado de manera presencial. Otros, a través de vídeos. Pero gracias a cada uno de ellos, una treintena, se han resaltando los distintos aspectos que les han marcado en este proceso.
El momento central del encuentro ha sido en torno a las 12.30h. Es el tiempo que estaba marcado para conocer la síntesis final. Isaac Martín, laico de la diócesis de Toledo; Dolores García, presidenta del Foro de Laicos; y Olalla Rodríguez, laica de la Renovación carismática católica han sido las voces del equipo sinodal, que ha redactado este documento a la luz de todas las aportaciones que se han recibido desde las 70 diócesis, de la vida consagrada, movimientos, asociaciones y todos aquellos colectivos o personas individuales que han querido sumarse a esta invitación del papa Francisco.
El acontecimiento eclesial que más gente ha convocado para un trabajo continuado en la Iglesia en España: casi 220.000 personas implicadas
La presentación de esta síntesis es una radiografía de lo que ha supuesto la fase diocesana del Sínodo, el acontecimiento eclesial que ha conseguido convocar a más gente para un trabajo continuado en la experiencia de la Iglesia en España. Ha implicado a casi 220.000 personas, con más de 14.000 grupos, la mayoría en parroquias, pero también en numerosas congregaciones religiosas, regionales, monasterios de clausura, Cáritas diocesanas, movimientos y asociaciones laicales e institutos seculares.
De hecho, este movimiento sinodal comenzó su andadura superando las dificultades de la pandemia y de la falta entusiasmo. Y al terminar el proceso, los grupos han mostrado su profundo agradecimiento por este tiempo vivido: un momento de gracia, construido desde la escucha mutua, activa y respetuosa, la apertura para hablar con franqueza, compartiendo experiencias gratificantes y con intercambios constructivos.
Por eso, lo más valorado ha sido el proceso mismo: una Iglesia que se encuentra para escucharse y ponerse en discernimiento, dando continuidad al camino que se emprendió en el Congreso de Laicos de febrero 2020.
Conversión personal y proximidad para avanzar en la misión de la Iglesia
Desde los grupos sinodales se lanzan dos ideas para avanzar en la misión de la Iglesia: la conversión personal y la proximidad. Una fuerte conversión personal, comunitaria y pastoral a través de la oración, los sacramentos y la formación. Y la proximidad, siendo una Iglesia que escucha, acompaña y se hace presente donde están quienes necesitan tanto acompañamiento material como espiritual.
Para hacerlo posible se resalta la importancia de la complementariedad y la corresponsabilidad de las tres vocaciones: laicado, sacerdocio y vida consagrada. Para ello, se advierte, hay que evitar el clericalismo, la falta de compromiso laical o perder la esencia de la vida consagrada. Y crecer en la identidad que cada uno tiene y en su misión en cada campo de la Iglesia.
También se hace necesaria la formación continua de todos y en todos los temas de la vida pública y de la enseñanza de la Iglesia.
Temas que han tenido incidencia en el proceso sinodal
Respecto a los temas que han tenido mayor incidencia en este proceso sinodal, destacan el papel de los laicos, especialmente el de la mujer, en los órganos de responsabilidad y de decisión en la Iglesia; los abusos sexuales, de poder y de conciencia en la Iglesia, manifestando la necesidad de perdón, acompañamiento y reparación; y la necesidad de institucionalizar y potenciar los ministerios laicales.
También se ha hablado, aunque con menor incidencia, de la ordenación de las mujeres y el celibato opcional. En este sentido, se ha plasmado la necesidad de saber transmitir mejor a la sociedad la importancia del Magisterio de la Iglesia en torno a esas cuestiones.
Además, se ha llamado la atención sobre la importancia de que la Iglesia tenga una mirada específica respecto al tema de la diversidad. La Iglesia se ofrece de manera especial a aquellas personas que se sienten en las periferias por su origen étnico, por su situación familiar o económica o por su orientación sexual.
Tres llamadas entrelazadas: Sinodalidad, participación y superar el clericalismo
En las aportaciones de los grupos de trabajo se resumen tres llamadas entrelazadas entre sí. Crecer en sinodalidad, lo que exige formación en sinodalidad, capacidad de acogida, escucha activa, comprensión, acompañamiento y discernimiento. Dar cabida a las preguntas con el fin de conocer, a partir de la escucha abierta a las aportaciones de todos, el plan de Dios para este tiempo y para este lugar.
Promover la participación de los laicos, empezando por definir los asuntos respecto de los cuales sus participaciones tienen carácter decisorio, especialmente en aquellos campos que son más propios de su vocación en el mundo.
Y superar el clericalismo, compartiendo responsabilidades, lo que también implica, en ocasiones, vencer la pasividad y la falta de implicación de muchos fieles laicos en la edificación de la Iglesia.
Tras la presentación de las conclusiones, en torno a las 13.30 h., los participantes se reunieron por grupos para reflexionar a nivel personal y grupal. En este encuentro se compartieron impresiones y se pudio añadir nuevas aportaciones.
Presentación de propuestas, comienza la sesión de la tarde
Unas aportaciones con las que se abría, a las 16.30 h., la jornada de la tarde. Todo ello con el objetivo de que cada uno de los participantes en este proceso sinodal de la Iglesia en España se vean reflejados en la síntesis final.
La sesión ha comenzado con la evaluación de proceso sinodal, que ha obtenido un 7,5 según los participantes. El resultado de los trabajos por grupo se resume en diez ideas fundamentales. También se han expuesto algunas lagunas.
Subrayados (a modo de decálogo)
- Conversión personal
- Formación
- Liturgia
- Sinodalidad
- Mujer en la Iglesia
- Clericalismo bilateral
- Acogida
- Discernimiento
- Pastoral familiar y jóvenes
- Continuidad del proceso
Lagunas
- La ausencia de niños, mayores y discapacitados
- Pastoral vocacional y la referencia al diaconado permanente
- Palabra, Primer anuncio, misión, comunicación
Después de exponer los resultados de los trabajos por grupos, el arzobispo emérito de Zaragoza, Mons. Vicente Jiménez, coordinador del equipo sinodal, entregó al presidente de la CEE un pendrive con la síntesis final y las nuevas propuestas. Una vez incorporadas, la síntesis se enviará a la Secretaría General del Sínodo junto con todos los materiales y anexos recibidos.
Eucaristía presidida por el cardenal Juan José Omella
También por la tarde, a las 17.00 horas, se celebró la Eucaristía “para dar gracias al Padre por haber puesto a la Iglesia universal en el camino sinodal”, como ha señalado el cardenal Omella al iniciar su homilía. Agradecimientos también al Santo Padre y a los grupos sinodales por todo el trabajo realizado en esta fase diocesana. “Estoy seguro de que, pese a las dificultades que hayan podido surgir, todos nos hemos sentido llamados a hacer camino juntos, animados por el Espíritu Santo”.
El presidente de la CEE ha recordado que “Jesús, durante su vida terrenal, caminó y caminó mucho” y “también hoy, en pleno siglo XXI, Jesús quiere continuar haciendo camino con nosotros para que compartamos con él todo aquello que nos inquieta”. Por eso ha resaltado la importancia de que “este proceso que hemos iniciado no se acabe hoy aquí. Que no sea un momento puntual, sino el inicio de un largo recorrido, porque el Señor nos quiere juntos, quiere que avancemos juntos como «pueblo de Dios en marcha» bajo la guía del Espíritu Santo”.
Estamos llamados a ser signo de comunión en medio de nuestra sociedad
Esta Asamblea se celebró en el marco de la solemnidad de la Santísima Trinidad, “ojalá que una mayor comunión con Dios Trinidad nos haga crecer en la comunión con los hermanos para vivir con dinamismo la misión que el Señor nos ha confiado. Estamos llamados a ser signo de comunión en medio de nuestra sociedad”. Y ha manifestado su esperanza de que este camino sinodal “nos anime a avanzar en la comunión con Dios y a vivir unidos a nuestros hermanos y hermanas”.
Bajo la guía del Espíritu Santo, explicó, la sinodalidad propone “un modo de hacer que busca conjugar las diferencias a partir de la escucha sincera. La sinodalidad es una herramienta al servicio de la comunión, en tanto en cuanto trata de articular la diversidad por la vía del consenso que lleva hacia la unanimidad, de manera que pueda surgir la armonía o la sinfonía. Hablar de sinodalidad es reconocer la pluralidad, las polaridades, caminar hacia la comunión que es obra del Espíritu, renunciando a la tentación de la uniformidad y la homogeneidad de todos”.
Romper los muros que nos separan y tender puentes
Además, propuso como resumen del proceso sinodal el texto de los Hechos de los Apóstoles que narra la conversión de Cornelio porque nos muestra “que la iniciativa para que Pedro y Cornelio se encuentren es de Dios. Ambos están abiertos a que Dios entre en sus vidas y las transforme. ¿Estamos nosotros dispuestos a ello? ¿Estamos dispuestos a dejar a un lado proclamas ideológicas, nuestros intereses particulares, para proponer aquello que verdaderamente nos sugiere el Espíritu?”
También nos recordó “que tenemos que contar con la ayuda de otros hermanos y hermanas para construir una comunidad más fraterna y unida. Para ello es necesario romper los muros que nos separan y tender puentes. Que estos trabajos del Sínodo nos enseñen a acoger a los demás, a superar las diferencias y a contemplar a nuestros hermanos con la mirada de Dios Padre. Seamos una Iglesia sinodal, como la que nos pide el papa Francisco: una Iglesia en salida, misionera, familiar, con las puertas abiertas.”
Encontrar, escuchar y discernir
En la homilía tuvo un recuerdo especial para los monjes y monjas contemplativas, en vísperas de la Jornada Pro Orantibus. “Sepamos descubrir y agradecer – ha pedido- durante estos días la vocación de tantas personas que dedican su vida a orar por las necesidades de la Iglesia y del mundo. Necesitamos especialmente su oración para que Cristo, luz del mundo, ilumine nuestros pasos en este camino de recuperar la sinodalidad en la Iglesia”
El presidente hterminó la homilía resaltado los tres verbos que proponía el papa Francisco en Eucaristía de la apertura del Sínodo: Encontrar, escuchar y discernir. “Tres acciones que marcan un estilo de ser y de estar en la Iglesia y en el mundo. Ojalá sepamos integrarlos bien en nuestras vidas para estar con el Señor y para favorecer el encuentro entre nosotros. Escuchemos a los demás con el corazón y discernamos, con la ayuda del Espíritu, qué nos pide el Señor hoy, aquí y ahora”.
Y para ello pidió que “María sea la estrella que nos oriente en esta nueva etapa” y “nos ayude a mantenernos en este camino sinodal que hemos empezado con gozo, generosidad y esperanza”.
Mons. Argüello cierra la Asamblea con el acto final de envío
El secretario general, Mons. Luis Argüello, fue el encargado del acto final de envío: “ahora, somos enviados a seguir peregrinando como discípulos-misioneros por quien es Camino, Verdad y Vida y a sembrar en nuestra sociedad la novedad del Evangelio”.
El también obispo auxiliar de Valladolid invitó a salir a los caminos “para cantar a diferentes voces”; para “edificar <tiendas de encuentro y hospitales de campaña>: y para “escuchar y acompañar a cada uno en la verdad de su situación y del proyecto del Amor de Dios para cada uno y para todos”.
Salgamos a los caminos “sin que nos escandalicen y desanimen las dificultades, pues la mesa de la Comunión está definitivamente puesta y la senda de la Misión está definitivamente abierta”.
Como símbolo de “envío” se entregó a los participantes un pequeño saquito de semillas, elaborado por las Monjas Concepcionistas de Osuna (Sevilla).
Concluía así esta Asamblea convertida en un día festivo, de encuentro, de experiencias compartidas y con la esperanza puesta en este camino que se ha comenzado, pero que hoy no termina.