INDICACIONES PARA LA SEMANA SANTA 2021

La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.

Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Por ello, sacerdotes, personas de la vida consagrada y fieles laicos tenemos que celebrar en estos días el sacramento de la Penitencia para morir al pecado y para así resucitar con Cristo el día de Pascua. Pues no olvidemos que esta Semana Santa, Jesús, el Señor, va a morir otra vez en la cruz. Y la causa más profunda de su muerte está en las mismas raíces del corazón humano: en la injusticia y en la soberbia de cada uno de nosotros; en la ambición y la prepotencia de los fuertes; en nuestro egoísmo, en nuestra envidia, en nuestros deseos ocultos en los que late el mal. El “porqué” de su muerte en el Calvario está aquí.

Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros. Es experimentar el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra. La resurrección de Cristo —victoria sobre el pecado y la muerte— aleja de la existencia del hombre toda sombra de incertidumbre y de angustia. La luz de Jesucristo resucitado ilumina el domingo de Pascua cuando aún no ha amanecido: Esta es la noche de la que estaba escrito: «Será la noche clara como el día, la noche iluminada por mi gozo» (Misal Romano, Pregón de la Vig. Pasc.).

Las circunstancias especiales que estamos viviendo a causa de la pandemia hacen que la celebración de la Semana Santa, y en concreto el Domingo de Ramos y el Triduo Pascual, tenga que adecuarse a los criterios establecidos por las autoridades sanitarias en lo referente al aforo, las restricciones y el toque de queda.

A este respecto la Conferencia Episcopal ha elaborado una Nota sobre las celebraciones de la Semana Santa en 2021 que ha enviado a todas las Diócesis para que se adapten a las circunstancias concretas de cada Iglesia particular.

Por ello, atendiendo a las circunstancias concretas de nuestra diócesis y a la situación que ha provocado la pandemia, establezco que:

1.-El Domingo de Ramos en la Pasión del Señor se proceda a la bendición de los ramos, que bien serán traídos por cada fiel o si se reparten en la parroquia se hará observando las normas higiénicas, en todas las misas tanto del sábado, día 27 de marzo, como del domingo, día 28. Y se tendrá en cuenta lo siguiente:

–Queda prohibida la procesión litúrgica de los ramos
–Los fieles permanecerán en los bancos, sin moverse.
–La celebración se desarrollará del siguiente modo:

El sacerdote y el pueblo se signan, mientras el sacerdote dice: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Después saluda al pueblo como de costumbre, y hace una breve monición, en la que invita a los fieles a participar activa y conscientemente en la celebración de este día, con estas palabras u otras semejantes:

Queridos hermanos: Ya desde el principio de la Cuaresma nos venimos preparando con obras de penitencia y caridad. Hoy nos disponemos a inaugurar, en comunión con toda la Iglesia, la celebración anual del Misterio pascual de la pasión y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo quien, para llevarlo a cabo, hizo la entrada en la ciudad santa de Jerusalén.

Por este motivo, recordando con fe y devoción esta entrada salvadora, acompañemos al Señor para que, participando de su cruz por la gracia, merezcamos un día tener parte en su resurrección y vida.

Después de la monición, el sacerdote dice la siguiente oración, con las manos juntas:

Oremos.

DIOS todopoderoso y eterno, santifica con tu bendición estos ramos, y escucha las plegarias de los que te invocan, para que, al levantar hoy los ramos en honor de Cristo vencedor, seamos portadores, apoyados en él, del fruto de las buenas obras. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.

Después de la oración, se canta un canto que haga alusión a la entrada del Señor. Una vez terminado, se dice la oración colecta y la misa continúa como de costumbre.

2.-El Jueves Santo, según la necesidad y la oportunidad, se podrá celebrar más de una misa en la misma parroquia. No se hará el lavatorio de los pies en ninguna de ellas y el traslado al monumento del Santísimo Sacramento se realizará en la última misa que se celebre, si se celebra más de una. Esta misa será la que se celebre con toda la solemnidad, y el horario facilitará que los fieles que asistan puedan, acabada la celebración, volver a sus casas con tiempo suficiente antes del toque de queda. Los templos permanecerán cerrados a partir de las 22 horas.

3.-El Viernes Santo se abrirán los templos a una hora temprana para favorecer que los fieles acudan a rezar ante el Santísimo Sacramento. Si existe la costumbre de hacer el Viacrucis (y donde no se hiciera es más que aconsejable que se haga), se realizará dentro del templo. Los fieles permanecen en sus bancos y sólo el sacerdote acompañado del número indispensable de asistentes irá recorriendo las estaciones.
La celebración de la Pasión del Señor será una y única en cada parroquia. No podrá hacerse más tarde de las 19 horas.
En la oración universal, antes de la última de las peticiones se hará la siguiente oración:

Oremos también por los enfermos de coronavirus, por quienes los cuidan, por los profesionales de la sanidad, por los que están investigando para buscar remedio a esta pandemia, por quienes han muerto a causa de esta enfermedad, por sus familias. Pidamos a Dios que ilumine a los científicos, de fortaleza a lo sanitarios, consuelo a las familias y lleve a la vida eterna a los difuntos.

(Se ora en silencio)

Dios todopoderoso y eterno, que por medio de tu Hijo muerto en la cruz llenas de salvación la vida de todos los hombres y mujeres, atiende nuestras súplicas, concede la salud a los enfermos, da fuerza a quienes los asisten, consuelo a los que lloran, ilumina a los que buscan una cura y libra a tu pueblo de todo mal, de todo peligro, de toda amenaza, para que liberado por tu misericordia pueda entregarse con mayor empeño a la práctica del bien, la búsqueda de la verdad y el mandato del amor. Por Jesucristo nuestro Señor.

Preguem també pels malalts de coronavirus, pels qui els atenen, pels professionals de la sanitat, per aquells que investiguen afi de trobar un remei contra la pandèmia, pels que han mort a causa de la malaltia, pels seus familiars. Demanem que Déu il·lumini els científics, doni fortalesa als sanitaris, consol a les famílies i dugui a la vida eterna als difunts.

(Pregària en silenci)

Déu totpoderós i etern, que a través del vostre Fill mort a la creu ompliu de salvació la vida de tothom, ateneu les nostres súpliques, doneu la salut als malalts, fortalesa els qui els atenen, consol als qui ploren, il·lumineu tots els qui busquen remei i allibereu el vostre poble de tot mal, de tot perill, de tota amenaça perquè alliberat per la vostra misericòrdia pugui entregar-se amb major dedicació a la pràctica del bé, la recerca de la veritat i el compliment del manament de l’amor. Per Crist, Senyor nostre. Amén.

En el momento de la adoración de la cruz el celebrante lo hará con una genuflexión o una inclinación profunda. El resto de la asamblea lo hará por medio de una genuflexión o inclinación profunda cuando la cruz sea mostrada, y lo harán cada uno sin moverse de su lugar. Se podría invitar, también, a todos los participantes a la liturgia a que hagan un momento de oración, en silencio, mientras se contempla la cruz. Se evitará, en cualquier caso, la procesión de los fieles en este momento de la celebración.

4.-El Sábado Santo se favorecerá que a mitad de la mañana lo fieles puedan reunirse en los templos para meditar la Palabra de Dios y tener un tiempo de oración. Es muy recomendable que se programe una celebración en torno al sepulcro del Señor y a María, su Madre, la Virgen dolorosa, que acompaña a su Hijo muerto y sepultado.
La solemne Vigilia Pascual no podrá comenzar más tarde de las 19,30 horas para favorecer, debido a su duración, que los fieles puedan regresar a sus hogares antes de las 22 horas.
El “inicio de la vigilia o lucernario” se puede hacer a la entrada del templo, en el “porxu”. El celebrante deberá estar acompañado por un número limitado de ministros, mientras todos los fieles se mantendrán en sus lugares. Se bendice el fuego, se hacen los ritos de preparación y se enciende el cirio tal como indica el Misal. El sacerdote y los ministros, manteniendo la distancia de seguridad, hacen la procesión por el pasillo central y se cantan las tres invocaciones “Luz de Cristo”. No es recomendable repartir entre los fieles las velas y que las vayan encendido del cirio y luego pasen la luz unos a otros. Después de las invocaciones se canta el Pregón Pascual.
Sigue la “Liturgia de la palabra”. Por razones de brevedad puede acortarse el número de las lecturas, aunque no podrán hacerse menos de tres, tomadas de entre todas las propuestas del AT en el leccionario.
La “Liturgia bautismal” se celebra tal y como viene indicada en el Misal. La presencia de la asamblea aconseja no omitir el rito de la aspersión después de la renovación de las promesas bautismales. Tómese la precaución, sin embargo, de evitar el contacto con el agua que se va a bendecir cuando esta se prepare, y que el sacerdote higienice las manos con gel hidroalcohólico antes de la aspersión. Terminada esta tercera parte, la celebración sigue como de costumbre.

5.-El Domingo de Pascua en la Resurrección del Señor las misas se tendrán en el horario habitual de cada parroquia.
Al llegar al último día de la Semana Santa en el domingo de Pascua os pido que resuene ese canto de victoria que nos anuncia un nuevo amanecer: ¡Aleluya! Esta expresión de júbilo, de triunfo, de vida nos dice a todos: el Padre (Dios) está aquí, y él que no ha dejado a su Hijo en las sombras de la muerte, tampoco nos deja a nosotros. ¡Aleluya!, significa que, aunque las lágrimas del dolor, la soledad, la angustia, la separación y la tristeza hayan asomado en nuestros ojos, Dios nos dice a todos y a cada uno: Abbá (padre-papa), está a tu lado y siempre lo estará.

Ibiza, diez de marzo de dos mil veintiuno.

Vicente Ribas Prats
Administrador Diocesano
Párroco de Santa Eulalia y San Mateo