JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES

El tercer domingo de octubre, a iniciativa del Santo Padre, en las celebraciones litúrgicas hemos tenido presente, por segundo año consecutivo, en la oración y en el corazón, la Jornada Mundial de los Pobres.

En algunas parroquias y entre ellas la de Puig d’en Valls se ha hecho presente la Junta directiva de Cáritas que ocupaba parte del presbiterio junto con algunos pobres y feligreses asistentes a la eucaristía.

Atentos a la llamada estremecedora del Papa «El estruendo de unos pocos sofoca el grito de los pobres» se ha hecho la  colecta para atender las necesidades de los más débiles. A la salida de la eucaristía, ponemos como ejemplo, una señora ha comprado un décimo de Navidad y lo ha entregado para atender a los damnificados por las lluvias torrenciales de San Lorenzo de Es Cardassar. Momentos antes, un militar de la UME nos había hablado de la visión dantesca en que se habían encontrado los primeros que llegaron para socorrer y ayudar a la gente, mayor o joven, que se había encontrado, por las corrientes de las aguas, fuera de su cama, de su casa, desamparados, perdidos los enseres y en situación peligrosa de volverse a repetir, alejadas de sus refugios y expuestas a las inclemencias del tiempo.

El Papa con el corazón dolorido ante el abuso social que se hace de los que más necesitan ganarse dignamente el salario nos dice: «Pidamos la gracia de abrir los ojos y el corazón a los pobres para escuchar su grito y responder a su necesidad «(@ Pontifex_es)

 

 

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