El próximo domingo 12 de noviembre se celebra el Día de la Iglesia Diocesana, un día para celebrar que “juntos, en comunión, conseguimos parroquias vivas y comprometidas”
La Iglesia en Ibiza atiende más de 5.473 personas en riesgo de exclusión, enfermedad y con necesidades.
La diócesis de Ibiza celebrará este domingo, 12 de noviembre, la campaña del Día de la Iglesia Diocesana con plegarias y colectas especiales para el sostenimiento económico de la labor evangelizadora y asistencial de la Iglesia.
El año pasado, la Iglesia en Ibiza atendió 5.473 personas en un total de 16 centros; 2.430 en Centros para mitigar la pobreza, 1.556 en el centro de asistencia a emigrantes y refugiados, 624 en Centros para la defensa de la vida y la familia, 409, en centros para promover le trabajo, 129 en casas para ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidad, 264 en asesorías jurídicas, 13 en el centro de menores y jóvenes para la tutela de la infancia. En toda esta labor colaboraron 234 voluntarios.
En cuanto a actividad pastoral y evangelizadora, la diócesis contó en 2022 con 33 sacerdotes y 27 parroquias, 28 religiosos y religiosas y 1 monasterio, 3 misioneros, 1 familia en misión, 1 diácono permanente y 144 catequistas. Así mismo, la actividad celebrativa incluyó el año pasado la celebración de 473 bautizos 371 primeras comuniones, así como 473 confirmaciones y 171 matrimonios.
La campaña de este año se ha querido centrar en el agradecimiento y en tomar conciencia de que somos miembros de una gran familia: recordamos y agradecemos nuestra pertenencia en una comunidad cristiana. Lo que la Iglesia hace es gracias al tiempo, las cualidades, la oración y el apoyo económico de todo el pueblo de Dios.
En su escrito con motivo del Día de la Iglesia Diocesana, el obispo de Ibiza, Mons. Vicent Ribas, afirma que “La expresión «Jesús es el Señor» tan querida para la Iglesia apostólica y para la Iglesia de ayer, de hoy y de siempre, nos sigue recordando que la Iglesia es de Jesucristo y que nosotros somos quienes hemos recibido la misión de conservarla, custodiarla, expandirla y protegerla”. Así, recordó́ que “Jesucristo es y será siempre la raíz de un nuevo modelo de humanidad, basado en el conocimiento profundo del ser humano, en la armonía con todo lo que nos rodea, y en la íntima experiencia de saberse parte de un universo en continuo diálogo que está esperando participación de cada uno de nosotros a través una forma concreta de entender la vida y vivirla: el amor.”
