LA CUARESMA PASCUAL

Acogida por la comunidad del Colegio de Ntra. Sra. de la Consolación.
El sábado, 17 de febrero, cerca de cuarenta personas de Vida Ascendente, Manos Unidas y voluntarias nos reunimos en el Colegio de la Consolación con el fin de prepararnos para celebrar la Pascua del Señor. Nos recibieron, a puertas abiertas, D. Vicent Tur, consiliario de Vida Ascendente, y la comunidad del Centro, Silvia, Asunción y Antonia.

Tarea para esta cuaresma. D. Alvaro, párroco de San Agustín, después de hacer la oración matutina, nos introdujo en la historia del pueblo de Israel que vivió esclavo del faraón de Egipto, atravesó el desierto y consolidó, con esfuerzo, su futuro como pueblo. La comunidad cristiana, desde el tiempo de los apóstoles esperó la segunda venida del Señor, Parusía, en griego. Nosotros, Pueblo de Dios, esperamos, mientras trabajamos y nos esforzamos para liberarnos de nuestro pecado, colectivo e individual, animados por Jesús de Nazaret, líder en esta travesía. Lucas, el evangelista, nos cuenta que el Espíritu del Señor se llevó a Jesús al desierto para ser tentado. Nosotros, hemos de seguir sus huellas para liberarnos y liberar la actual sociedad «inhumana» agotada de construir falsos dioses y dejar tirados en la cuneta todos los que son incapaces de integrarse en el sistema del mundo globalizado. Es preciso ampararnos bajo la sombra de la oración para dirigirnos a Dios y darle la mano.

Convertíos, nos dice San Juan Pablo II, porque el Reino de Dios está cerca. Convertíos equivale a la palabra griega «metanoia». Cambio radical de nuestro pensar y de nuestro corazón. Jesús nos lo dice con un lenguaje llano cuando nos habla de las parábolas de la mujer que pierde la moneda, el pastor su oveja y el padre bueno su hijo. En el tiempo de cuaresma se hace preciso propiciar el encuentro con el Señor.

Alerta, que nuestra madre Tierra se encuentra envenenada por el mal tratamiento que le damos los humanos! El Francisco nos comenta que al crecer la maldad nos enfriará el amor a Dios y a las personas que vemos pasar, tiradas al borde del camino. Será el momento en el que aparecerán los encantadores de serpientes que nos esclaviza, los charlatanes que nos ofrecerán falsos dioses como la droga, el sexo desenfrenado, la soledad …

Para concluir, el P. Álvaro nos repite con palabras y con gestos que cuaresma es tiempo de oración, de acercamiento al Amor. Y ayuno equivale a sacrificio personal y comunitario, limosna, a estar cerca, y acoger, con obras y afecto, a los marginados por el mismo sistema «inhumano» de nuestra sociedad actual.

Después de la exposición, por pequeños grupos, primero, y luego en el gran grupo, hicimos una reflexión comunitaria. Alrededor del mediodía, mientras realizamos el ejercicio de los Pasos, alrededor del claustro, tres sacerdotes estuvieron a disposición de los presentes que quisieran recibir el sacramento de la reconciliación. En el ejercicio del Camino de la Cruz nos detuvimos, en la estación de la altura de la cruz con Jesús crucificado, todos los presentes veneramos y besamos la imagen que llevábamos en procesión. Cantamos al unísono: Victoria tú reinarás, oh Cruz tú nos salvarás. Y continuamos nuestra oración comunitaria con la exposición del Santísimo Sacramento.

Hermano Ventura.

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