LA DIÓCESIS CELEBRA LA JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y REFUGIADO

LA DIÓCESIS CELEBRA LA JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y REFUGIADO

El domingo 26 de septiembre la Iglesia celebró la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado. En Ibiza y Formentera se llevó a cabo una misa solemne a las 18h. en la Parroquia de la Sagrada Familia presidida por D. Marcelo Gabriel Jofré, sacerdote de la diócesis.

En la parroquia actualmente ejerce como párroco el Padre Virgilio, Migrante y Delegado de Migraciones desde el pasado año.

En septiembre del año pasado se celebró por primera vez en la diócesis la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado en la que participaron migrantes de 10 nacionalidades distintas. El 25,8 % de la población ibicenca son inmigrantes.

«Hacia un nosotros cada vez más grande» es el lema con el que se ha celebrado esta jornada. Y el objetivo, tomar conciencia de la situación del mundo en el que vivimos ante el desafío de las migraciones y las oportunidades que nos ofrecen de cara al futuro.

En la misa participaron más de 12 nacionalidades y tras la misma tuvo lugar un pequeño ágape acompañado de una exhibición de bailes tradicionales de algunos países.

Un gesto que destacó en la eucaristía fue el desfile de todos los migrantes con una vela encendida en la mano que simbolizaba a aquellos familiares que han fallecido durante este tiempo de pandemia y de los que no han podido despedirse por no poder viajar a sus países de origen.

Además de esta misa, la Delegación ha programado para este año cursos de iniciación al castellano, ya que es la primera barrera con la que se encuentran los Migrantes cuando llegan a España, y también una semana dedicada al migrante que se celebrará del 6 al 12 de diciembre; ambas actividades de la mano de Cáritas diocesana.

TESTIMONIO: VIRGILIO BAGO MALGAPO

Mi nombre es Virgilio Bago Malgapo y nací en Filipinas. El 11 de diciembre (D.M.) celebraré 22 años de sacerdocio. Soy Párroco en la Parroquia de la Sagrada Familia de Ibiza desde el 2018 y Delegado de Migraciones desde comienzos del 2020. Llevo 10 años aquí en España donde me encontré con personas migrantes que pertenecen a religiones distintas a la mía, pero lo importante es el valor de su humanidad, y por debemos respetar su manera de vida espiritual.

Desde Filipinas me han enviado en dos ocasiones a Ibiza; en la primera estuve 3 años para atender las necesidades espirituales de mis paisanos como Capellán en la Parroquia de Ntra. Sra. del Rosario, y en la segunda vine para servir a los inmigrantes vinculados a mi parroquia actual. Con la llamada de nuestro Señor estoy de nuevo en Ibiza para ayudar a los inmigrantes, teniendo en cuenta que son personas de diferentes razas y culturas; recordando siempre las enseñanzas de Jesús cuando dijo: “Todos somos hijos de Dios”.

En nuestra diócesis puedo ver cómo la iglesia está abierta al diálogo, a acoger a los inmigrantes para, paulatinamente, llegar a estar en comunión, ya que los templos están abiertos a todas las personas que buscan paz y tranquilidad. De hecho, en verano y debido al turismo, ofrecemos los sacramentos en diferentes idiomas.

El profeta Isaías, menciona la vida en Jerusalén entre ESPERANZAS y PELIGROS; y estas son exactamente las dos experiencias que viven los inmigrantes. El profeta invita en su visión a la ACEPTACIÓN y FRATERNIDAD, caminando a la luz del Señor para dar PAZ a todas las naciones.

Yudis Chourio, quien ahora me ayuda en la Delegación de Migraciones, es inmigrante, llegó a España en el año 2019 procedente de Venezuela, su país natal; un país del que se han visto obligados a huir seis millones de personas, de las cuales han muerto quinientas mil a manos del régimen dictatorial que se adueñó de Venezuela, sin contar, -porque no existen estadísticas-, los fallecidos por hambre, desnutrición y enfermedades. Yudis es médico, pero no puede ejercer su profesión porque las instituciones en Venezuela están destruidas y no pudo traer sus documentos para homologar y trabajar. En medio de tanto sufrimiento acudió a la Iglesia de la Sagrada Familia, en la que ejerzo de párroco y fue entonces cuando nos conocimos. Desde entonces asiste regularmente a las misas de viernes y domingo. Yudis aún tiene muchas heridas que sanar, pero gracias a Dios y a la ayuda toda la comunidad, está superándolas. Actualmente estamos los dos haciendo el curso de formación de Agentes Diocesanos de Pastoral de Migraciones para ayudar, junto al equipo de la diócesis, a migrantes como ella que están necesitados de amor, caridad, consuelo, y asesoramiento. 

Testimonios como el de Yudis demuestran la importancia de nuestro trabajo como agentes de pastoral migratoria para caminar con los inmigrantes que están vinculados a nuestra diócesis. 

Virgilio Bago Malgapo
Párroco de la Sagrada Familia