«La bondad y el amor del Señor duran para siempre»

La diócesis de Ibiza puede cantar con gratitud este estribillo, porque Dios está con nosotros.

El sábado, 20 de octubre, la familia Ramírez-Cabrera se comprometió, comunicando a toda la Asamblea cristiana reunida, en la catedral que, «Yo y nuestra Casa serviremos al Señor» (Jos 24.15.) Y lo hace recibiendo, Pedro Miguel, el orden del diaconado permanente.

Cientos de feligreses le acompañaron mientras el sr. obispo rodeado de canónigos, sacerdotes y seminaristas, la esposa Marta y sus hijos, la numerosa familia Cabrera al completo, religiosas y religiosos, la comunidad neocatecumenal, rezaba «Te suplicamos, Señor, que atiendas propicio a este tu siervo a quien consagramos humildemente para el orden del diaconado y el servicio de tu altar «(Ritual de la consagración).

Solistas y el coro de la parroquia de Santa Eulalia, bebés, niños pequeños, adolescentes y jóvenes, matrimonios y mayores, solemnizaron la ceremonia en la que el sr. obispo, antes de consagrar a Pedro, le propuso como ejemplo de su ministerio el pasaje de la Visitación de María a su prima Elisabeth. Siempre solícita para estar cerca de los que más la necesitan

Acabó el oficio consecratori poniendo a la familia bajo el amparo de María cantando el himno de «set segles fa» entrelazando las islas por los freus que las unen: «Eternament, Eivissa i Formentera, /siguin vostros del tot, eternament./ Mentre la mar floreixi d’escumera i passi dalt del cims s’ala del vents, / bé canti s’alegria o salmegin ses hores de tristor, /Mare del bon Amor, santa Maria, Regnau en nostro cor./

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