Ayer, lunes 28 de octubre, tuvo lugar en el Palacio Episcopal de Mallorca una rueda de prensa en la que los obispos de las tres diócesis de las Islas Baleares han presentado el Documento de Voluntades Anticipadas elaborado conjuntamente para garantizar los derechos de las personas en el final de la vida. Han intervenido el obispo de Ibiza y Formentera, Mons. Vicent Ribas, el de Mallorca, Mons. Sebastià Taltavull, y el de Menorca, Mons. Gerard Villalonga, así como el director del Secretariado Interdiocesano de Pastoral de la Salud de las Islas Baleares (SIPS) y delegado de Pastoral de la Salud de Mallorca, Mn. Francesc Carmona.
El documento, elaborado por el SIPS, está basado en el documento de Últimas Voluntades del Govern de les Illes Balears, adaptándolo al de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Este modelo propio oficial estará a disposición de todas las personas que lo precisen tanto en las oficinas de registro de la administración autonómica, como en las nuevas oficinas informativas y de asesoramiento que cada uno de los tres obispados ha abierto en sus respectivas sedes. También se podrá descargar en las páginas webs de los tres obispados y de la CEE.
Las voluntades anticipadas son documentos escritos en los que un paciente es capaz de expresar sus deseos, preferencias y decisiones respecto a los tratamientos que desea recibir o no al final de su vida, cuando no esté en condiciones de decidir. Este documento reconoce la declaración de cómo la persona desea que se desarrolle su proceso de morir, y expresa el deseo de que no se le administren medios de apoyo vital cuando no haya expectativas de recuperación, así como se manifiesta el deseo de recibir cuidados y tratamientos para paliar el dolor y sintomatología más desagradables.
El documento articula entonces las preferencias del paciente en aspectos como, por ejemplo, si quedar en el domicilio o permanecer en un hospital en los últimos días de su vida; si finalizar la vida sin aplicaciones técnicas de soporte vital desproporcionadas y fútiles; la administración de fármacos; así como diferentes pretensiones en variadas situaciones clínicas, de enfermedad irreversible, de estado vegetativo, estado de demencia grave, terminalidad, etc. Además, puede indicar si desea que se le proporcione un acompañamiento espiritual religioso.
El objetivo del documento no es tanto prepararse para la incapacidad como, sobre todo, para el acontecimiento vital de la propia muerte. Es tener un cierto control práctico sobre lo que vaya a hacerse, estableciendo y articulando valores y preferencias. Realizar el documento contribuye a la disminución de la propia angustia y miedo acerca del proceso de morir, así como fortalece las relaciones y la comunicación con la familia y los seres queridos.
Esta iniciativa está enmarcada dentro del proyecto de humanización de la salud y, especialmente, profundiza en dos aspectos de la bioética. El primero, la autonomía del paciente y el segundo, el principio de beneficencia.
Al tratarse de un documento oficial, una vez quede registrado en la administración autonómica, por defecto estará integrado en la historia clínica. Es decir, que los médicos que la atiendan sabrán si esa persona tiene cumplimentado el documento y tendrán acceso a las preferencias y decisiones que sus pacientes hayan precisado para la recta final de su vida. El documento, aunque esté registrado, se podrá modificar o anular en cualquier momento por parte del declarante.
En la rueda de prensa, Mons. Vicent Ribas ha explicado que el servicio de acompañamiento que se presta desde la Pastoral de la Salud se ofrece en residencias, centros de día, parroquias, incluso domicilios particulares, desde donde “nos acercamos a estas personas desde el profundo respeto. Les ofrecemos nuestra ayuda para llevar adelante aquello que siempre han llevado dentro del corazón, cuál es su voluntad para estos últimos momentos de su vida. Queremos acompañarlos en su sufrimiento, acompañarlos en su vejez, pero siempre desde el respeto a lo que son y lo que quieren”.
El obispo de Menorca, Mons. Gerard Villalonga, ha destacado que “las personas tenemos una libertad que es fundamental, que queremos que se respete sobre todo en momentos decisivos de nuestra vida. Y uno de esos momentos es prepararnos para el final de nuestra vida aquí en la tierra. Por eso es muy importante que haya un documento en el que se refleje de manera explícita lo que a ti te gustaría que se respetara al final de esta vida para poder morir como tú desearías hacerlo”.
Mons. Sebastià Taltavull ha afirmado que esta iniciativa “forma parte de la atención a los enfermos, al darles la oportunidad de que puedan manifestar cuáles son las últimas voluntades, de cómo quieren ser atendidos en los últimos momentos de la vida y de si desean contar con la presencia de un sacerdote, recibir los sacramentos de la Confesión, la Unción y la Comunión, como también otras atenciones de signo sanitario. Ahora hay la posibilidad de dedicar un documento firmado que expresa esta voluntad del enfermo y manifiesta su cumplimiento”. El obispo de Mallorca lo ha descrito como “una acción humanitaria y, sobre todo, eminentemente cristiana”.
“El ofrecimiento de formalizar este documento genera la posibilidad de entender una Iglesia presente en el mundo del sufrimiento, del dolor y del proceso de morir como madre y samaritana, que se articula desde la relación terapéutica y de ayuda, dando valor a la vida y a la vida en salud”, ha explicado Mn. Francesc Carmona.
El Documento se dio a conocer en la tarde de ayer en la presentación que tuvo lugar en la Basílica de San Miguel de Palma. Durante el acto, en el que también se celebró la Misa de Envío de los agentes y voluntarios de la Pastoral de la Salud del Obispado de Mallorca, se emitió un documental elaborado por la Secretaría de Comunicación que se puede visualizar en el canal de YouTube del Obispado de Mallorca (https://www.youtube.com/watch?v=rRJNmL7jR_M&t=2s ).